Lo casual de la casualidad

Primero un sueño, otro día llegó el insomnio... desperté y vino a mi mente, iluminándome el pensamiento junto a la luz que se filtraba por las cortinas. Mientras mis ojos se rehusaban a abrirse del todo yo pensaba, le pensaba. Más tarde fantasee sin podérmelo sacudir de la cabeza. ¿Quien iba a pensar que después de tanto rondar por mi mente se iba a hacer presente?

Quise pensar que era una señal, darle un significado romántico, fílmico y quizás hasta esotérico al furtivo encuentro, en 2 minutos imagine lo inimaginable y recordé todo lo que el insomnio me había hecho pensar. Fue una casualidad sorpresiva, casual y nada más. Sin importar que sintiera que el corazón se saldría de mi cuerpo, sin hacerle caso a lo nerviosa que me volví... fue una casualidad.

La ciudad es pequeña, en algún momento nos teníamos que encontrar, hubiese deseado que esa fuera una señal.